Cuando nadie es culpable, todos somos culpables
"Cuando nadie es culpable, todos somos culpables". - Papa Francisco
Y esta frase me lleva a recordar el concepto de LA UNIDAD.
Todos somos uno, pequeñas células de una gran energía que incluye a todos los seres que habitamos nuestro querido y hermoso planeta Tierra y no me refiero solo a la especie humana, no todos los reinos formamos una sola entidad energética. Por esto es que es tan importante hacer el bien y vivir en el amor y la armonía, esto comienza en casa, me refiero al interior de cada persona tener una vida espiritual plena, sin conflictos ni juicios hacia uno mismo y en la medida que estemos bien con nosotros mismos podremos generar bienestar en nuestro entorno, es muy fácil, amar primero a Dios y después a ti mismo. Fíjate ¿Cómo te ves? ¿Cómo te hablas? ¿Que piensas de ti?
Si no es bueno o no te gusta ¡Cámbialo! Ese es el principio de todo, trátate a ti mismo cómo te gusta que te traten y a los demás como deben ser tratados, con respeto, amor, admiración, cuidado etc. Hagamos un cambio, el mundo necesita que vivamos en una frecuencia más positiva, de amor, y que cuidemos los unos de los otros de todas las formas que se puede cuidar a alguien y a algo, dejemos las cosas materiales a un lado y propongamonos ser la mejor versión de nosotros mismos cada día! Por el bien del planeta y por ende de nosotros mismos. Y así nos sanaremos poco a poco hasta que ni una sola célula de este gran cuerpo etéreo esté enferma.
Mírate al espejo todos los días en cuanto te levantes, directo a los ojos, mándate un beso o un guiño a ti mismo y piensa cuánto te amas y lo agradecido que estás por ser tu, hay muchas cosas buenas en el interior y exterior de cada uno de nosotros veamos eso y no los “defectos” da gracias por ser quien eres y cómo eres, al principio es difícil pero 21 días hacen hábito, trata y verás cómo tu vida cambia radicalmente.
Gracias por tu atención