Fanny Avila

LA CULPA DE LA MAMÁ QUE TRABAJA...

¿Te suena el titulo?

Es un tema complicado, necesitas haberlo vivido o estarlo viviendo para saber de qué hablo, yo lo viví muchos años, ahora mis hijos ya son grandes y lo tengo bien manejado, a continuación trataré de compartir mi experiencia, ojalá te sirva!

Creo que cuando uno decide ser madre lo ideal es quedarte con tu Niño el mayor tiempo posible, nada da más seguridad y estabilidad a un ser humano que la presencia de la madre en los primeros años de vida, donde el niño aún no sabe qué ya no son uno mismo y está descubriendo el mundo poco a poco.

Desgraciadamente no siempre es posible, sobre todo cuando la economía de la familia no es estable o como en muchos hogares Mexicanos es una mujer quien está al frente en lo moral y económico... menudo paquete!

Si esa es la situación no hay que tener culpa que por cierto no ayuda en nada, al contrario, siéntete bien porque gracias a tu trabajo tus hijos tienen una vida digna y sus principales necesidades satisfechas.

Deja de lamentarte y “agarra el toro por los cuernos”. ¡Con una gran sonrisa!

Busca alguien de confianza que te ayude a cuidarlos el tiempo que tú estás trabajando y vete tranquila, ponlos en manos de Dios incondicionalmente y agradece y bendice a ese ángel que siempre llega para cuidar a los niños de las mamás que trabajan.

Es importante encontrar tu vocación, trabajar en algo que te gusta, yo sé que muchas veces no es fácil pero si se puede, analízate y pregúntate a ti misma que quieres hacer, que te gusta, no lo que los demás esperan de ti, ellos no son TÚ.

Agradece el trabajo que tienes y desarróllalo lo mejor que puedes.

¡Una vez encontrada tu vocación crea un sueño y síguelo!

Ya se que suena muy romántico pero ¡si se puede! ¡Te lo juro!

Siempre hay tropiezos y sobre todo al principio es muy difícil pero aprende a estar aquí y ahora en cada momento del día es elemental.

Es muy común en esta situación querer estar en el trabajo cuando estás con los hijos y con los hijos cuando estás en el trabajo, este sentimiento es la principal característica del tema que nos ocupa.

Enfoca tu atención a lo que estás haciendo, si estás con tus hijos se una mamá feliz, disfruta cada minuto, míralos a los ojos y diles cuanto los amas, tócalos, bésalos, abrázalos, huélelos! Disfruta su presencia. No descargues tu ira, miedo y frustraciones en ellos, haz que los momentos que pasan juntos sean oasis de felicidad para todos, eso los nutre a ellos pero principalmente a ti. Platícales de tu trabajo, cuando te va bien pero también cuando te va mal, sin dramas, simplemente comparte las experiencias y permite que ellos te compartan las suyas, por pequeñas e insignificantes que parezcan es importante para estar unidos compartir el día a día, escúchalos, ya se que estás cansada pero relájate y está presente.

Y cuando estás en tu trabajo... ¡también disfrútalo! Da la mejor versión de ti, y verás que bien te va.

Si trabajas duro y contenta siempre va a haber oportunidad para atender a tus hijos en sus enfermedades o asuntos escolares, en cambio si eres mediocre el día que realmente necesites dejar el trabajo por una ocasión especial, (el festival del día de las madres por ejemplo) será mucho más difícil que te puedas despegar del trabajo o que te den permiso.

¡Si quieres algo pídelo a quien lo tengas que pedir! ¡Tu jefe, una amiga, hermana, Dios! Total el no ya lo tienes y se puede convertir en si muy fácilmente.

Arréglate, siempre muy limpia y bien presentada y no para los demás, para ti misma, como parte de la mejor versión de ti.

Y por último cuídate y quiérete, ¡mártires ya hay muchos! Descansa, aliméntate bien, haz ejercicio, date un gustito, no tiene que ser económico, aunque si se puede ¿por qué no? Haz algo que te gusta.

Vive cada día como si fuera el último, se feliz. ¡Cuenta lo que tienes no lo que no tienes!

Y así pasará el tiempo, cada vez te ira mejor y cuando menos pienses ya todo habrá pasado, la necesidad ya no será tan grande, aquellos niños que tanto te preocupaban y te asustaba la responsabilidad de cuidarlos habrán crecido, serán adultos exitosos y felices porque fueron criados por una madre tranquila, feliz y segura de sí misma.

Gran parte de la vida habrá pasado, pero como tú la llenaste en su momento de oasis de felicidad habrá sido una vida feliz con muchos recuerdos lindos.

Haz lo mejor que puedas desde todo tu amor de madre y recuerda que cada quien vive lo que le toca. Tú no les puedes cambiar las cosas, pero si los puedes acompañar.

Les darás a tus hijos alas grandes y fuertes, cuando las usen te vas a maravillar de lo logrado por ti y por ellos.

La culpa no sirve, solo estorba y genera emociones malas que no sabemos cómo manejar.

¡Hoy es un buen día para empezar! No importa que haya pasado antes y ¿si te caes? Mañana es un buen día para empezar. ¡¡¡Siempre es un buen día para empezar!!!

Honro y bendigo a todas esas madres anónimas que han sacado la casta para dar a sus hijos vidas estables, seguras y con tanto amor han criado hombres y mujeres buenos que enriquecen a la sociedad. Quienes cocinan de noche y lavan los fines de semana. ¡¡¡Dios las bendiga siempre!!!

 Fanny Ávila